Internas FA

Álvaro García (FA): "Es muy liviano hablar de que no se aprovechó la bonanza, es mirar para el costado"

Dentro del partido de Gobierno la elección interna parece estar resuelta hace un tiempo. El precandidato y expresidente Tabaré Vázquez mantiene una gran ventaja con respecto a su rival directa, Constanza Moreira, e incluso se posiciona cómodo de cara a las elecciones nacionales. Para conocer una voz dentro del entorno de Vázquez, En Perspectiva entrevistó a Álvaro García, exministro de Economía e integrante del equipo de colaboradores del precandidato del Frente Amplio. García destacó la necesidad de "recuperar una visión de largo plazo" para saber "hacia dónde se quiere ir". También considera que el "vamos bien" de la campaña de Vázquez es así, pero que no es "conformismo". García consideró también que "el giro a la izquierda implica darle a la economía del Uruguay cada vez más la potencia necesaria" y que lo que se ha hecho "ha sido lo más a la izquierda que se ha podido hacer hasta el momento".

(emitido a las 8:49 hs.)

EMILIANO COTELO:
Para todos es un hecho. Tabaré Vázquez será elegido el próximo domingo como candidato a la Presidencia por el Frente Amplio (FA). Y el expresidente ya ha trasmitido que, si gana un nuevo mandato, quiere un equipo para gobernar "desde el primer día".

Según lo que ha dejado entrever, Vázquez piensa rodearse de gente que ya lo acompañó en su primera administración, lo que hace pensar, además, que dejará poco lugar para posiciones que no concuerden con su línea de pensamiento.

Vázquez viene siendo asesorado en esta campaña por un grupo de viejos colaboradores y personas de su máxima confianza. El expresidente alguna vez los ha denominado "la vieja guardia".

Uno de ellos es el contador Álvaro García, exministro de Economía, expresidente de la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND).

La última vez que estuvo acá supongo que fue como ministro todavía…

ÁLVARO GARCIA:
No recuerdo exactamente. Pudo haber sido, pero con otro tema. Creo que el tema era Carnaval, yo me estaba yendo del ministerio, debe de haber sido en febrero del año 2010.

EC - Sí, porque Álvaro García, además de contador público, tiene toda una trayectoria en otro frente completamente diferente: el del Carnaval, particularmente las murgas, y sobre todo como letrista, empezando por Contrafarsa desde 1987.

AG - Sí, vinculado desde 1987 y desde 1989 escribiendo.

EC - Y luego ha habido otros grupos que también contaron con usted. ¿Por ejemplo?

AG - Por ejemplo La Gran Muñeca, en el 94 y el 96, que salió primer premio en el 94, y en los últimos años La Cofradía, un grupo de Sayago, una murga en la cual coparticipaban exintegrantes de Contrafarsa y varios de sus hijos, los años van pasando… Fue una experiencia en La Cofradía, pero hace un par de años ya que no participo escribiendo nada de Carnaval.

EC - Siempre se supo que usted era socialista. De todos modos, la gente lo conoce sobre todo por las tareas que desempeñó durante el Gobierno de Tabaré Vázquez, primero como presidente de la CND, y sobre final, a partir de setiembre de 2008, como quien sustituyó a Danilo Astori al frente del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

Ahora llama la atención verlo como una de las figuras que el Partido Socialista (PS) promueve en su propaganda en esta campaña electoral. Además incluso se anuncia que será el tercer candidato en la lista al Senado con vistas a octubre. ¿Dónde se siente más cómodo, como integrante del PS o como integrante directo del equipo de asesores de Vázquez?

AG - Tengo varios sombreros. Decía el otro día que tengo más sombreros que Edward de Bono, el autor de unos libros "Los seis sombreros para pensar", de hace muchos años, sobre creatividad y pensamiento lateral. Tengo varios sombreros, por supuesto siempre el sombrero del PS, tengo por suerte y por la confianza que Tabaré me ha brindado el de estar en el grupo asesor desde el mes de enero, y además desde mayo del año pasado la presidencia de la Nueva Agenda Progresista (NAP), que también lleva su tiempo. Amén de todas las otras tareas, mi trabajo en la CAF - Banco de Desarrollo de América Latina, y las tareas cotidianas de padre, etcétera.

EC - Pero en esta campaña en particular, ¿cómo le resulta eso de ser tan protagonista de la campaña socialista?

AG - Me recuerda un poco al período anterior. Yo fui quinto candidato al Senado del PS en la campaña anterior y alguna salida pública había tenido, obviamente matizada por el hecho de que estaba ocupando el cargo de ministro de Economía, entonces las salidas no eran tan partidarias, pero sí en la propaganda. Ahora esto recién comenzó y los compañeros han decidido sacar los spots de esa manera, bienvenido. Además haciendo un poco de experiencia, porque no he tenido nunca una campaña electoral, voy a hacer mi primera campaña electoral este año, con varias salidas al interior –de hecho hoy de noche tenemos Maldonado–, con muy buena experiencia. Si bien antes salía, lo hacía en calidad de funcionario público.

EC - ¿Cómo es el régimen de trabajo con Vázquez?

AG - Es un régimen de trabajo permanente. Se establecen algunas reuniones que van variando en el tiempo, de todo el equipo, y después reuniones particulares, bilaterales o con otros grupos, según los temas.

EC - ¿Hay alguna frecuencia fija para esos encuentros?

AG - No, pudo haber en algún momento una frecuencia semanal, pero depende mucho también del ritmo de la campaña y de la presencia o no de Tabaré, si está recorriendo el interior, se va adecuando a las circunstancias.

EC - Como recordó recién, por otro lado es el presidente de la NAP. Una fundación que se creó… ¿en qué fecha exactamente?

AG - El 21 de mayo del año pasado.

EC - … y que funciona como usina de ideas. Según dice, quiere aportar "al pensamiento del país que viene", y no está alineada formalmente con ningún sector del FA. ¿Qué es en definitiva la NAP?

AG - No está asociada con ningún sector del FA ni de ningún partido, no hay pertenencia partidaria.

EC - Pero es notoria su inclinación por el FA, hasta por el nombre, Nueva Agenda "Progresista".

AG - Absolutamente, sí. Lo planteamos en la presentación, las tres palabras del nombre tienen su propio significado. La idea es generar una agenda, no necesariamente de corto plazo, sino una agenda con una mirada larga del país, que sea nueva, porque el país ha cambiado, estamos en un Uruguay diferente de aquel de hace 10 años, a todas luces. Y progresista porque marca el sentido en el cual queremos ir. Nos pareció que era una palabra suficientemente amplia como para abarcar a un montón de gente sin preguntarle su procedencia partidaria.

EC - ¿Y cómo termina operando?, ¿que es? ¿La NAP está pensada para ser una alternativa al programa del FA para que Vázquez no tenga que depender estrictamente de ese programa?

AG - No, es absolutamente independiente del Frente y también de Tabaré. Eso tuvimos que aclararlo de inmediato, porque tuvimos la suerte de que la presentación que se hizo el 21 de mayo del año pasado contara con la presencia de Tabaré. Eso disparó una serie de interpretaciones de prensa, ante las cuales nosotros marcamos claramente la orientación.

La NAP funciona habitualmente todos los miércoles, hoy al mediodía tenemos reunión de la Comisión Directiva provisoria (provisoria porque formalmente todavía no está constituida, los trámites para constituir una asociación civil son largos). Hemos realizado una serie de actividades, que se pueden visitar y a las que se puede asistir, porque están prácticamente todas filmadas y grabadas en nuestra página web. Hemos intentado combinar la participación de toda la gente que se ha arrimado, cosa que no es fácil, en actividades presenciales y virtuales. Este año inauguramos unos 14 grupos (e-groups) con diferentes temáticas y cada uno va teniendo su propia dinámica. De hecho estoy participando en uno de Transformación Productiva y en otro (poco) de Cultura; en el caso de Transformación Productiva en pocos días vamos a tener un taller presencial donde intercambiar experiencias. Es riquísima la experiencia, se arrima un montón de gente con un montón de visiones diferentes y experiencias, tratando de aportar a la mejora permanente de hacer las cosas.

EC - ¿Cuál va a ser el destino de todo ese bagaje de información?

AG - La recompensa es el camino.

EC - Me suena esa frase…

AG - La respuesta correcta es esa, hay que ir generando, el destino es generar agenda. Y como la visión que tenemos es de desarrollo, es muy importante no perder el rumbo en el corto plazo. A veces, y habiendo estado en el Gobierno, esas tentaciones existen, decir "en el corto plazo me sirve ir para acá", pero me alejo de una visión de largo plazo. Ese es el norte que tenemos en NAP, decir que el desarrollo de un país implica tener una visión de mediano y largo plazo. Los temas que ponemos en agenda tienen que ver con tomar decisiones en el corto plazo que no nos alejen sino que nos acerquen a esa visión de largo plazo.

EC - Por otro lado existe Propuesta Uruguay 2030, la usina de ideas que impulsó Raúl Sendic. Hay quienes han visto a la NAP como el contrapeso de Propuesta Uruguay 2030, hay quien ha dicho que la NAP y Propuesta Uruguay 2030 serán las usinas de ideas de las dos nuevas grandes corrientes del FA. ¿Qué dice?

AG - Uno a veces se asombra de la imaginación que tenemos los uruguayos. No sé, no tengo opinión sobre eso. Primero, con Uruguay 2030 y con Raúl Sendic tenemos una excelentísima relación, de hecho hemos planificado, no sé si lo lograremos, hacer alguna actividad conjunta. Eso debido básicamente a la vorágine de campaña, cambiamos de sombrero y a veces postergamos actividades en la fundación que quizás no deberíamos postergar.

La NAP surge básicamente a partir de un grupo de gente que hace muchos años que venimos intentando hacer algo, una fundación, una asociación, y terminó cuajando el año pasado, sobre el mes de mayo. Gente que básicamente pertenecemos a la generación llamada del 83 y que tenemos un bagaje de experiencia importante tanto en lo público como en lo privado, en lo nacional y en lo internacional, en diferentes aspectos, un grupo de gente importante. Ese es el grupo base del cual surge esto. De hecho en la comisión directiva están Daniel Danners, Javier Miranda, Antonio Carámbula, por nombrar a algunos. E incorporamos también gente más joven, como Oriana Monti, tratamos de incorporar gente de las generaciones más recientes. Tenemos una visión también de la necesidad de que el Uruguay se renueve, de que la visión progresista vaya procesando una renovación que quizás no tuvo el ritmo que tuvo en otros sectores.

***

EC - Usted va como tercer candidato en la lista al Senado del PS para octubre. ¿Se imagina realmente ocupando un sillón en el Senado?

AG - Sí, claro que me imagino. Sería una nueva experiencia.

EC - ¿Tiene vocación de parlamentario?

AG - Quizás la descubro. He estado del otro lado del mostrador, no en una interpelación pero sí en llamados a sala. He preparado algunos materiales para compañeros legisladores, por supuesto hemos estudiado temas, aunque es lo mismo estudiar para un ejecutivo que para un legislativo. Sería una buena experiencia, y un honor, por supuesto, pertenecer al Senado de la República Oriental del Uruguay, que es uno de los países más democráticos del mundo.

EC - De todos modos, si Vázquez gana hay otras posibilidades. Ya anunció que Danilo Astori volverá a ser el ministro de Economía, y se da como un hecho, aunque no está anunciado formalmente, que usted iría como director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP). ¿Han hablado de esto con Vázquez?

AG - No, esa es una versión que surgió desde la prensa. Al día siguiente de que Tabaré estuviera en Código País y manifestara su deseo de que Danilo sea el ministro de Economía, el diario El País titula con eso y pone en el copete la versión de que yo iría a la OPP, pero era una versión del diario. Esto generó alguna confusión, incluso entre amigos que me llamaban para felicitarme y yo les decía "vayan al origen de la noticia y van a ver que no hay nada de eso".

EC - ¿Le interesa un cargo como la dirección de la OPP?

AG - Tenemos perfil para algunas cosas sí y para otras menos. Pasada la instancia del 1.° de junio, pasadas las elecciones, si efectivamente Tabaré Vázquez fuera presidente y me generara la oportunidad de un ofrecimiento, hay cosas que yo podría hacer mejor, cosas que podría hacer peor y algunas que no podría hacer.

Creo sí, para ir a la visión de lo que me parece que tiene que encarar el país en un próximo período, que tenemos que, coherentemente con lo que estaba diciendo acerca de la NAP, recuperar una visión de largo plazo. En el primer Gobierno del Frente, con Tabaré, se generaron dos instancias en ámbitos oficiales que implicaron una visión de largo plazo, una visión estratégica del país. Estas fueron el Plan Estratégico Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, que generó el Gabinete de la Innovación, y la otra fue un trabajo que se hizo en OPP, liderado por Gustavo Bittencourt, que tenía una visión de Uruguay 2030.

Me parece absolutamente necesaria esa mirada. Sé que en este período en OPP han estado trabajando, y me parece que hay que rescatar todos esos trabajos, no solo los realizados en el ámbito público, sino también los realizados en el ámbito privado. Hace muchísimos años, en el ámbito privado, recuerdo que se realizó ese ejercicio en algún seminario –el ingeniero Baliño era uno–: ¿qué visión de país tenemos de aquí a 20 años? ¿Cómo nos imaginamos el Uruguay? A mí se me disparó y escribí una retirada de murga con eso, la retirada del año 2003 de Contrafarsa se llama "2016" y tiene una visión en ese sentido.

EC - ¿Baliño inspiró una retirada de una murga…!

AG - No lo sé, pero no me ofendería en lo más mínimo, al contrario…

EC - Lo digo en broma.

AG - … Me parece que las inteligencias de un país tienen que estar acumuladas a favor del desarrollo del país. Yo escucho mucho todas las visiones y trato de incorporar. Se puede aprender de todos los lugares, y de la experiencia que ha tenido ese profesional, de quien no conozco la trayectoria, pero a quien he escuchado varias veces, y de otros tantos.

Es fundamental tener una visión de país de hacia dónde se quiere ir. Y Uruguay tiene enormes ventajas, por su tamaño, por su relativa poca población, por las características de su territorio, para establecer experiencias que en otros lugares del mundo no se pueden hacer. El Plan Ceibal, por ejemplo. No todos los países pueden hacerlo, tienen dificultades geográficas, dificultades de diferenciación social muy importantes. Nosotros, sin embargo, con mucho esfuerzo y mucha gestión, a partir del trabajo de Miguel Brechner y de todo el equipo, logramos llegar a todo el país con conectividad, con una computadora para cada niño. Ese es un hecho de una importancia trascendental, vamos a empezar a ver dentro de pocos años a los niños de la generación Ceibal, como hoy estamos viendo a los niños y a los adolescentes de la crisis. Esa es la importancia de la mirada de largo plazo, la importancia de trabajar con todas las inteligencias de un país. Por eso la convocatoria en NAP, que es un ámbito diferente de los ámbitos partidarios, que son tan válidos como los otros.

EC - Durante los últimos años ha habido una discusión dentro del FA sobre si es necesario o no dar un giro a la izquierda. Incluso como telón de fondo de esa discusión estuvo la convicción de que en este período de Gobierno existían dos equipos económicos, el encabezado por la gente de Astori y otro paralelo que casualmente habría tenido su cabeza en la OPP. Pero usted, según he visto en distintas declaraciones, tiene su propia concepción de qué tipo de giro hay que dar, incluso habla de un giro a la izquierda que no es el giro a la izquierda del que hablan otros dirigentes del FA. ¿Cómo es eso?

AG - ¿Dónde leyó eso? ¿En Montevideo Portal?

EC - Por ejemplo, ahí.

AG - Primero que nada, repito: creo que lo que hemos hecho ha sido lo más a la izquierda que se ha podido hacer hasta el momento. Esto me ha valido alguna chicana de alguna mala interpretación.

El Uruguay en el año 2004 tenía dos de cada tres niños bajo la línea de pobreza. Me ocupo de repetirlo: dos de cada tres niños bajo la línea de pobreza. Era imposible cualquier visión de desarrollo integradora, con inclusión de toda la población, con esa situación. Hoy el Uruguay tiene otra realidad. En el tema de los niños lamentablemente sigue habiendo un problema grande, porque la pobreza tiene cara de niño, de niño y de mujer, todavía tenemos un cuarto de los niños bajo la línea de pobreza. La tarea fue titánica, del 66 al 25%, pero todavía va a ser más titánica porque tenemos que ir más a fondo, tenemos que ir a generaciones acumuladas de determinada manera de vivir. Entonces que lo que hemos hecho ha sido absolutamente importante.

Para poner otro título, el Uruguay ha vivido en estos últimos 10 años el período de mayor crecimiento económico con distribución del ingreso de su historia reciente. Esto no es para nada menor, es absolutamente importante. En otras épocas, en la década del 90, el país crecía pero el ingreso se concentraba.

Por tanto el "vamos bien" de la campaña de Tabaré me parece que es así, vamos bien. ¿Esto es conformismo? ¡En absoluto! Esto lo único que nos indica es que estamos en un país distinto, en un escalón diferente para hacer otras cosas. Entonces, ¿giro a la izquierda significa ir poniendo cada vez más la voluntad de todo el país, del sector público, del sector privado, atrás de incorporar cada vez mayor conocimiento, mayor innovación, mayor tecnología, para tener mayor cantidad de cadenas de valor agregado, ya sea de bienes materiales o de bienes inmateriales? Me parece que ese es el verdadero giro a la izquierda.

EC - Entiendo lo que dice, pero es curioso que usted le llame a eso "giro a la izquierda".

AG - No, no es curioso, venimos repitiéndolo…

EC - No está esa idea, por ejemplo, en dirigentes del Partido Comunista (PCU) cuando hablan de giro a la izquierda.

AG - Creo que sí, también. Hemos debatido en la Comisión de Programa del FA y creo que cuando se habla de lo que antiguamente se llamaba industrialización o cuando se exagera –creo que equivocadamente– con el tema de que no nos quedemos en lo primario –lo primario de hoy es bastante diferente de lo primario de ayer, un kilo de carne de hoy no lo es lo mismo que un kilo de carne de hace 20 años, tiene mucho más valor agregado en conocimiento, trazabilidad, etcétera–, no estamos hablando de cosas distintas. Capaz que antes el imaginario era que tenía que haber muchísimas fábricas, con muchísimo humo y cuanto más humo tiraran, más sinónimo de desarrollo eran. Ese paradigma obviamente ha cambiado, entre otras cosas por uno de los cuatro aspectos fundamentales del desarrollo, que es el ambiental.

EC - ¿Entonces para usted qué implica el giro a la izquierda?

AG - El giro a la izquierda implica darle a la economía del Uruguay cada vez más la potencia necesaria…

EC - ¿Qué requiere eso?

AG - Ah, no es fácil. No es fácil, entre otras cosas, porque no depende de la voluntad de un país, depende de la inserción internacional de un país, eso es fundamental. Cada producto que el Uruguay haga, cada servicio que vaya a brindar tiene que ser comprado por alguien. El Uruguay es un país pequeño y tiene que estar orientado al exterior, pese a que el mercado interno últimamente ha crecido y nos ha servido de mucho. El giro a la izquierda pasa por ahí, por supuesto y sin ningún lugar a dudas, acompañado permanentemente de una mejora en la distribución del ingreso que implique que la población tenga cada vez más altos niveles de calidad de vida. Esto implica una serie de cosas. Por ejemplo, la mejora de los bienes públicos. Creo que en el próximo período tenemos que hacer una apuesta importante a mejorar los bienes públicos que recibe la población.

EC - ¿Ejemplos?

AG - En educación, en salud, en seguridad, en varias cosas. Oportunidades de mejora siempre hay.

EC - Eso también implica reconocer que hay déficits.

AG - Lógico, si dijéramos…

EC - Acaba de mencionar temas muy sensibles de esta campaña electoral: educación y seguridad pública.

AG - No, no, bajemos al piso. Si hablamos de salud, se ha dado un paso fundamental, se han universalizado los servicios de salud por medio del Sistema Nacional Integrado de Salud. Creo que sí hay para mejorar en términos de prestaciones de servicios. Hoy muchísima gente, comparado con el pasado, accede a servicios mejores que antes. Pero todavía falta, es necesario reconocerlo para caminar hacia la mejora.

EC - Enseguida hablamos de educación, específicamente.

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EC - Estamos conversando esta mañana en En Perspectiva con Álvaro García, contador público, con una trayectoria en el sector privado, por ejemplo en Pirelli de Brasil, después llamado a dirigir la Corporación Nacional para el Desarrollo en el comienzo de la presidencia de Tabaré Vázquez, para en setiembre de 2008 sustituir a Danilo Astori en el Ministerio de Economía. Ha sido docente de la Universidad de la República, de la Universidad Católica y de la ORT. Pertenece al Partido Socialista.

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EC - La reforma de la educación es, sin duda, una asignatura pendiente de los dos Gobiernos del FA, en especial de la presidencia de José Mujica porque él colocó este asunto como una prioridad el día mismo que asumió el cargo en marzo de 2010.

La fundación que usted encabeza, la asociación civil NAP, ha estado trabajando en este tema. ¿Por dónde pasan las políticas que deberían encararse en un eventual tercer Gobierno del FA?

AG - No sé si llamarle reforma de la educación. Es como la reforma del Estado, si pasamos raya de cómo está la situación hoy comparada con hace 10, 15, 20 años, encontramos diferencias importantes. En la educación también pasa eso, como lo marcó Tabaré Vázquez cuando tomó en su primer discurso, en San Luis, el tema de la educación. Y siguió hablando en dos o tres discursos más. Ahí se notan los liderazgos: centremos la cosa donde está, no es que en la educación uruguaya esté todo mal. Ese fue el primer punto de ubicación: ha habido avances importantes en la educación.

EC - Pero hay problemas serios.

AG - Sí, claro… Yo sé que estamos en campaña electoral, pero una cosa no quita la otra, cuando uno trata de tener una visión crítica pueden coexistir las dos situaciones. (Se ríe.) En general en la vida coexisten esas dos situaciones: uno dice "vamos avanzando, vamos bien", etcétera, y por otro lado sabe que faltan cosas. Obviamente lo sabemos.

¿Por dónde van los temas que nos parecen relevantes aquí, y creo que la población los percibe claramente? Tiene que ver con la educación media, básicamente. Eso también lo planteó Tabaré.

Hay diferentes propuestas, hay técnicos trabajando. Yo veo una energía muy positiva en esto, veo que hay técnicos con diferentes visiones, todos muy bienintencionados, que en distintos ámbitos, ya sea en el ámbito de NAP, en el ámbito de la Fundación 2030 o en otros eventos que han realizado sectores y partidos, se va discutiendo me parece que con el objetivo de llegar a un cierto sentido común de hacia dónde deben ir esos cambios.

EC - ¿Podemos aterrizar eso?

AG - Básicamente creo que la focalización del tema está en la enseñanza media, allí hay un problema de salto importante de primaria a secundaria. De hecho la repetición de los niños en sexto año que salen de la escuela es de menos del 2% y en primer año de liceo se dispara, con diferencias, pero en promedio al 30, 40%. Evidentemente allí hay una dificultad.

Y la parte de proposiciones. Es muy importante, como decía hoy, trabajar con las mejores inteligencias del Uruguay, con la gente que conoce más y con los actores. No se puede excluir a nadie de esto. El diálogo tiene esa cuestión, tiene que ser profundo y fecundo y tiene que ser muy amplio, pero una vez tomadas las definiciones tienen que ser aplicadas por todos los actores. Creo que hay una definición básica que forma parte de ese nuevo sentido común que entiende que quien debe estar en el centro de la cuestión es el estudiante. Y a partir de allí ir sacando las conclusiones. No puede ser, es inaceptable -como también dijo Tabaré- que tengamos ese nivel de repetición en sexto año de escuela y ese nivel de repetición en primero del liceo, alguna cosa está sucediendo. De repente hay que mirar también qué pasa en otras partes de la región, quizás haya un agotamiento de ese modelo y haya que ir hacia un modelo diferente.

EC - ¿Cómo caracterizaría ese nuevo modelo? Porque usted dice "hay técnicos trabajando", etcétera, pero da la impresión de que esto debió haberse tenido claro hace tiempo, que debió haberse trabajado y debieron haberse implementado soluciones hace ya bastante tiempo.

AG - Las sociedades van evolucionando y van tomando sus decisiones en la medida en que pueden hacerlo. Me parece que este es un momento muy importante para tomar decisiones importantes en este campo en particular. Y apuesto a la generación de un sentido común que provoque, que lleve a que se realicen los cambios que estamos necesitando. Necesitamos mejorar, por ejemplo, el nivel de egreso de enseñanza secundaria, que enseñanza secundaria no se transforme en un cuello de botella.

La Universidad ha mejorado enormemente su performance –de esto se habla poco–, las universidades privadas llegan a muchísima más gente, tenemos una oferta educativa muy importante, incluso en el interior del país, básicamente por la inserción de la Udelar. Yo vengo de Salto, allí en determinado momento una persona se me arrima y me dice: "Fui a despedir a mi hijo que se iba a la Universidad", y yo pensé instantáneamente en la terminal de ómnibus. Y dice: "No, lo dejé en la puerta de la Universidad", porque ahora puede estudiar allí. Esos son grandes avances. Desde mi punto de vista el tema está focalizado en secundaria, en la enseñanza media, que se está transformando en un cuello de botella.

EC - Y más allá de cuáles sean las fórmulas, parece bastante claro que hay también un problema de liderazgo. Hay un problema en cuanto a quién resuelve el rumbo y la posibilidad de que ese rumbo después se lleve a la práctica. Por ejemplo, da la impresión de que el papel que juega el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) sigue siendo simbólico, y sin embargo allí está radicada la autoridad de quien la soberanía puso a gobernar. Entonces pasa como ha pasado en este período de Gobierno, que el Codicen va por un lado y el Poder Ejecutivo por otro.

AG - En el discurso de San Luis hubo una definición muy clara acerca de que las políticas educativas las define el Poder Ejecutivo.

EC - Que las defina el Poder Ejecutivo es una cosa, que después los órganos correspondientes de la enseñanza las lleven a la práctica es otra. Pienso por ejemplo en una fórmula que ha propuesto uno de los candidatos del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou: "Crear el compromiso con la política educativa nacional como requisito político para que el Senado otorgue su venia a los miembros del Codicen. Un procedimiento que sería el siguiente: el Ministerio de Educación y Cultura elabora un documento donde se definen las grandes líneas y objetivos de política educativa para el quinquenio, ese documento es aprobado en el Consejo de Ministros, se redacta una declaración que incluye el compromiso público de tomar en forma sistemática decisiones que sean consistentes con esa política, la firma y divulgación de ese compromiso la realiza el Poder Ejecutivo y eso es la condición para presentar a consideración del Senado el nombre de un candidato a integrar el Codicen".

Es una fórmula posible, que los miembros del Codicen estén comprometidos con un documento que a su vez fijó el Poder Ejecutivo.

AG - Es como tener la renuncia firmada de antemano: usted va a un organismo autónomo, pero si se desalinea de las políticas del Poder Ejecutivo va a quedar afuera.

EC - Es una forma de verlo…

AG - Eso ya existe. (Se ríe.)

EC - … la otra es que hay un compromiso de política educativa nacional escrito y disponible.

AG - Esto forma parte de una cuestión más práctica, y ha habido antecedentes. Por ejemplo, cuando Tabaré ingresó a la Intendencia todos sus jerarcas tenían la renuncia firmada. La manera de asegurarse de que un organismo autónomo esté alineado con las políticas nacionales tiene mucho que ver con la política que lleve adelante el propio Poder Ejecutivo. Y acá podemos hablar de todos los organismos autónomos.

EC - ¿Ustedes conciben al ministro de Educación y Cultura jugando un papel diferente del que ha jugado hasta ahora?

AG - Creemos que el ministro de Educación y Cultura tiene que ser la persona que defina las políticas educativas del país.

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EC - Hace un par de semanas entrevistamos al vicepresidente Danilo Astori, que va a ser el ministro de Economía si Tabaré Vázquez vuelve a la Presidencia. En ese reportaje Astori tuvo una actitud muy desafiante con la oposición, dijo por ejemplo que no se está discutiendo de economía. Implícitamente estaba diciendo que, por lo visto, hay muy poco para criticar a las políticas económicas de los Gobiernos del FA.

Apareció de inmediato la respuesta de blancos y colorados, que, en particular, cargaron sobre debilidades que muestra la economía del país a mediados de este año 2014, por ejemplo la alta inflación y el alto déficit fiscal. ¿Qué responde a propósito de esas carencias, que en definitiva también son una mochila para el próximo Gobierno?

AG - En primer lugar, Danilo Astori tiene razón, hasta que él lo planteó, y algunos más del Gobierno también lo plantearon, el tema de la economía no estaba presente en la campaña. Por allí hay una nota de El Observador con una pregunta de una alumna de la Universidad de Montevideo al candidato Lacalle Pou que tuvo bastante repercusión. Creo que es otro de los hitos en esta campaña, a partir de allí se empieza a hablar más de economía.

Los dos temas que usted plantea, inflación y déficit fiscal, son temas que hace 10 años que venimos escuchando y sin embargo el país sigue adelante con el mayor período de crecimiento (se ríe) económico con distribución del ingreso de la historia.

EC - Por ejemplo, Amorín decía: "Hoy Uruguay es uno de los 10 países con inflación más alta del mundo, es el tercero en América Latina, detrás de Venezuela y Argentina". Y después decía: "Uruguay, después del crecimiento fenomenal que ha tenido, está con un 3% del PBI de déficit fiscal, gasta más de 1.500 millones de dólares extra con respecto a lo que debería gastar".

AG - Con respecto a la inflación, hay que tener memoria en este país. Del año 58 al año 98 –dos Gobiernos blancos y el resto todos colorados, y la etapa negra de la dictadura– el país tuvo como promedio de inflación 63% anual en esos 40 años. Entonces, primero que nada hay que congratularse por el hecho de que si la inflación sube 0,3% o baja 0,2% la gente se preocupe. Porque me parece que tiene que preocuparse.

Hoy hablábamos del giro a la izquierda, y no todo el mundo, no todos los partidos políticos hablan de redistribución del ingreso. La redistribución del ingreso tiene que ver con ciertos elementos, uno de ellos muy importante como ha sido la reimplantación de los consejos de salarios en el Uruguay, que han mejorado los salarios reales y por ende también las jubilaciones reales. Y el principal tema para cuidar salarios y jubilaciones, que son elementos fijos, es el cuidado de la inflación. Entonces, me alegro muchísimo, me congratulo de que el país esté muy atento al tema de la inflación.

Estamos hablando de niveles de inflación que han estado por encima de la banda establecida y en algunos casos cercanos al 10%. Eso en contextos internacionales en los cuales tenemos una inflación importada importante y tenemos –que creo que es la principal tranquilidad– un equipo económico bien consciente de eso y cuidando ese tema, que es absolutamente relevante.

Por lo tanto, hace 10 años que estamos con que el problema es la inflación y el problema es el déficit fiscal. Sin embargo el país sigue creciendo y va a seguir teniendo un crecimiento importante. Son temas a cuidar, por supuesto.

EC - Amorín recordaba que cuando asumió como ministro de Economía, Astori anunció en el Parlamento que se iban a llevar adelante políticas fiscales contracíclicas. "Cuando los países crecen, igual que cuando las familias ganan mucho dinero, hay que guardar para cuando la mano venga mal."

AG - ¿Guardar quién y para quién?

EC - … En cambio ahora, lo que termina ocurriendo es que se va por el camino contrario.

AG - No, no se va por el camino contrario. Le hago este razonamiento: ¿guardar quién y para quién? Esto está relacionado con el tema de que desaprovechamos la época de bonanza. Creo que escuchó esa frase en algún momento…

EC - Forma parte del debate político, pero en particular de esta campaña.

AG - Es parte de los latiguillos de los partidos de derecha en este país desde hace bastante tiempo. Yo le preguntaría al 25% de los uruguayos que salieron de debajo de la línea de pobreza si se desaprovechó la época de bonanza. Esa es la pregunta que hay que hacer. Y mire que el país que tenía 2.000 millones de reserva y hoy tiene 16.000 millones de reservas. A pesar de eso, multiplicamos por ocho las reservas. A pesar de haber sacado, con políticas sociales, con reformas profundas, al 25% de los uruguayos de debajo de la línea de pobreza. ¡Hay que tener memoria, uno de cada tres uruguayo estaba abajo la línea de pobreza en el año 2004!

EC - ¿Usted ubica a las políticas sociales que se han seguido en la categoría de políticas contracíclicas?

AG - ¡Y cómo no!

EC - El concepto en principio es otro: ahorrar para gastar cuando se lo precise.

AG - Fenómeno, pero si usted tiene prioridades de urgencia… Usted está sentado en la Presidencia de la República en un país en el año 2005 y tiene dos de cada tres niños debajo de la línea de pobreza… ¡Bienvenido el Plan de Emergencia! Se criticó por asistencialista, pero el Plan de Emergencia nos ayudó a rescatar a un montón de gente que había caído en la pobreza en años recientes pero que tenía hábitos de trabajo. La Cepal lo pone en números: la recuperación de un ciclo económico negativo en la parte de economía lleva la mitad que la recuperación de los problemas sociales que genera una crisis económica. Es muy liviano hablar de que no se aprovechó la bonanza, es mirar para el costado y no ver a esa gente.

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Transcripción: María Lila Ltaif