Plebiscito

Fabiana Goyeneche: "La discusiones sobre seguridad y la minoridad infractora están lejos de estar terminadas"

El plebiscito para bajar la edad de imputabilidad penal a 16 años no prosperó. Sin embargo, el resultado dejó abierto dos frentes: más de un millón de personas se manifestaron a favor de esta iniciativa, como reclamo de un cambio en seguridad. También le abrió el camino a una generación de jóvenes organizados, provenientes de varios partidos. Para conocer qué balances se están realizando a 10 días de las elecciones, En Perspectiva entrevistó a Fabiana Goyeneche, vocera de la Comisión No a la Baja, quien dejó en claro que la discusión acerca de bajar la edad de imputabilidad penal "se tendría que dar por zanjada" luego de esta instancia. También agregó: "creo que estamos lejos de que el país haya quedado dividido por el plebiscito. Más bien todo lo contrario, se descartó esta propuesta como opción, la preocupación la tenemos todos".

(emitido a las 8.58 hs.)

EMILIANO COTELO:
El domingo 26 de octubre, junto con las elecciones nacionales, se plebiscitaba la reforma constitucional que, entre otras cosas, incluía la baja de la edad de imputabilidad penal de 18 a 16 años para delitos graves. La propuesta fracasó porque no llegó al 50% de los votos emitidos ese día.

El proceso en torno a esa reforma dejó varias conclusiones.

En primer lugar, el éxito de quienes trabajaron activamente en contra de ella, la mayoría jóvenes, a los que algunos ya denominan la "generación Colibrí".

Segundo, que más de un millón de personas, el 47% de los votos emitidos, acompañaron la reforma.

¿Qué balance hace de esta experiencia la Comisión No a la Baja? ¿Cómo viene el futuro de ese movimiento?

De esos temas vamos a conversar con la doctora Fabiana Goyeneche, vocera de la comisión.

A 10 días del 26 de octubre y con un poco más de calma, ¿han hecho una evaluación del resultado del plebiscito?

FABIANA GOYENECHE:
Los primeros lineamientos. Este fin de semana vamos a tener la primera reunión con la coordinadora para celebrar entre los integrantes el resultado y comenzar una evaluación. La semana que viene fijaríamos la primera reunión oficial de la coordinadora para hacer el balance de cierre de este trabajo.

Más allá de eso, por supuesto que ha habido un montón de conversaciones, de mails y comentarios que nos dan una perspectiva de lo que fue el resultado. Y además del resultado, el proceso, que creo que es mucho más rico que el mero hecho de haber logrado este objetivo, que en algún momento parecía imposible, que era que no prosperara el plebiscito.

EC - Para empezar, ¿dos o tres puntos de las conclusiones?

FG - En primer lugar, el valioso trabajo de la gente joven. Rescatamos muchísimo eso, porque en buena medida esta iniciativa surge por una cierta visión que hay sobre la juventud en el Uruguay, o que había en su momento. Si bien no reducimos el tema –nunca lo hicimos– de la baja de la edad de imputabilidad a criminalizar la juventud o algo poro el estilo, sí lo vemos muy entralazado con cierta visión tal vez un poco estigmatizadora de la juventud. Por ejemplo, en muchas ocasiones vimos editoriales en la prensa que hablaban de la juventud, hablaban de los ni-ni y automáticamente se los relacionaba con el delito y con los menores infractores, cuando no hay una relación necesaria en absoluto.

Y el proceso de "no a la baja" demostró que los jóvenes pueden hacer cosas muy positivas, trabajar en conjunto, trabajar en solidaridad, como insistimos siempre, en forma interpartidaria, interreligiosa, intergeneracional, y hacer algo constructivo cuando tienen una meta que realmente los motiva. Y que, lejos de estar distanciados de la política, del activismo o de defender valores, como a veces se señala, cuando están realmente motivados y tienen la libertad de acción que necesitan, pueden hacer cosas realmente valorables, como fue trabajar por el plebiscito y obtener resultados como los que obtuvimos el 26 de octubre.

EC - La Comisión No a la Baja se formó a fines del año 2011.

FG - Sí, a comienzos, mediados. El lanzamiento fue en junio del año 2011.

EC - ¿Y se formó por jóvenes? ¿Fue efectivamente una iniciativa de jóvenes? Porque en aquel momento se informó que era una especie de coalición que agrupaba a una serie de instituciones y ONG.

FG - Así es. El hecho de ser formada por jóvenes fue algo espontáneo, casual, no planificado en absoluto. El comienzo fue una convocatoria que vino de la mano de organizaciones vinculadas con la niñez y la adolescencia, en particular el Comité de Derechos del Niño, estaban Ielsur, Serpaj, muchos sindicatos, la Federación de Estudiantes, juventudes partidarias. Pero en poco tiempo, cuando fue decantando y fue tomando forma esa coalición, se vio que las caras detrás de estas organizaciones y sobre todo los militantes individuales independientes –que eran muchos, porque también hubo mucha gente y hay hasta el día de hoy, mucha gente participa a título individual, sin representar a ninguna organización o partido– eran en su mayoría jóvenes. Nosotros bromeamos que en su mayoría son sub-30.

EC - ¿Esa es la caracterización? ¿Se puede hablar de una dirigencia sub-30 en este movimiento?

FG - Sí.

EC - Si recuerdo bien, la comisión se crea porque en aquel momento aparecía fuertemente probable la aprobación de la reforma, las encuestas daban un apoyo importante al Sí. ¿De qué orden?

FG - Sí, por completo. Según la encuesta, andaba entre el 65 y el 70%.

EC - ¿Y ustedes qué notaban? ¿Que había un empuje fuerte del lado de quienes impulsaban la reforma? Por ejemplo, la movilización para recolectar firmas tuvo mucha presencia en los medios, dio mucho que hablar, y mientras tanto había una pasividad del otro lado. ¿Era algo de eso?

FG - En cierta medida. En aquel momento el tema era bastante más complejo. Cuando se empiezan a recolectar las firmas, en simultáneo se estaban discutiendo leyes que luego fueron aprobadas, la de conservar los antecedentes de los menores, la de aumentar la pena mínima para delitos graves, la de la creación del Sirpa. La discusión era muy compleja y no se estaba viendo una reacción fuerte frente a la recolección de firmas que era una campaña en sí misma. Si bien no tenía una campaña oficial, el mero hecho de las noticias, de que hubiera participación de la gente, de la sociedad en la iniciativa de recolectar firmas era una campaña en sí misma. Entonces no quisimos esperar a ver qué ocurría o a ver quién hacía la campaña contraria o qué discusión había, tomamos la iniciativa de reaccionar de inmediato. Eso fue más o menos lo que nos llevó a comenzar a trabajar.

EC - Recuerdo que cuando ustedes presentaban a la comisión y hacían énfasis en que no estaba vinculada a ningún partido, muchos se sonreían, porque veían a este movimiento como un apéndice del Frente Amplio (FA). Sin embargo después la realidad mostró que, efectivamente, allí había militantes blancos (y no solo de Alianza Nacional, que era el grupo que tenía una postura más proclive al No, sino también incluso de la corriente de Lacalle Pou) y colorados (incluso de Vamos Uruguay). ¿Cómo se dio esa convergencia?

FG - Ya en la primera reunión se dijo que no se quería partidizar a la comisión. Porque no todos eran frenteamplistas, entonces nadie quería representar a alguien con quien no se sentía identificado. Porque considerábamos además que la discusión era mucho más compleja que ser afín o no a un partido. Y porque de hecho, cuando comienza la comisión, el FA no tenía una postura explícita tampoco respecto de la baja de la edad de imputabilidad, no había hecho una campaña, no había una postura del partido. El pronunciamiento de la mayoría de sus dirigentes vino luego.

Entonces la iniciativa vino sobre todo de las organizaciones de la sociedad civil, que además nunca se identifican con partidos, sino que su trabajo va sobre todo en la línea de la defensa de los derechos y el trabajo con propuestas de seguridad. Lo han hecho sin importar quién haya estado en el gobierno.
    
Pero además mucha gente no estaba de acuerdo con estas propuestas legislativas, algunas sí avaladas por el FA. Entonces decía "yo no quiero formar parte de algo que no comparto si esto se va a partidizar".

La decisión fue hacer algo para poder dar esta discusión sin tener que partidizarla. Porque además sabíamos que el fuerte de la campaña iba a ser en el año electoral, que el tema lamentablemente se iba a partidizar –a los hechos me remito–, y queríamos tener una línea argumental y demostrar que este tema era importante y que este plebiscito, de aprobarse, iba a ser dañino para la sociedad uruguaya, sin importar quién estuviera en el gobierno.

EC - El punto del que más se habló a propósito de esta reforma fue la baja de la edad de imputabilidad penal de 18 a 16 años para una serie de delitos: homicidio, homicidio especialmente agravado, homicidio muy especialmente agravado, lesiones graves, lesiones gravísimas, rapiña, rapiña con privación de libertad, extorsión, secuestro y violación, "así como por los demás delitos que indique la ley", decía el texto.

FG - Así es.

EC - La comisión que ustedes formaron se llamó "No a la Baja". Entonces, ¿los otros puntos también los preocupaban? ¿El eje era la baja en sí, o también los otros eran parte de la protesta?

FG - Al inicio nos preocupaban todos los puntos, sobre todo porque todos estaban sobre la mesa en discusión. No solo por la iniciativa de reforma, sino que se empieza la recolección de firmas e incluso a raíz de la recolección de firmas se empiezan a discutir las leyes de las que te hablaba: la ley que crea el Sirpa, la ley que conserva los antecedentes, el castigo a adultos por mandar a delinquir a adolescentes ya existía y existe hoy, lo incluía la reforma pero ya estaba contemplado. Estaba todo sobre la mesa, y nos preocupaba la situación completa, porque, por más que son medidas distintas, todas van en la línea punitiva, de aumentar el castigo a los adolescentes. Todas basadas en un diagnóstico erróneo que era creer que los mayores causantes de la inseguridad del país eran menores de edad, lo cual no era cierto. Entonces nos preocupaba todo.

Ocurrió que cuando se empiezan a recolectar las firmas se forma un acuerdo entre todos los partidos políticos para tratar de atender la situación y se aprueba esta batería de leyes que únicamente deja de lado la baja de la edad de imputabilidad. El sistema político se puso de acuerdo y trabajó en conjunto, creo que de una manera muy positiva, para tratar de resolver esta situación, y el acuerdo al que no llegó fue el de incluir la baja de la edad de imputabilidad, que por eso se dejó fuera. Porque era el punto de mayor disenso y el más arriesgado.

La comisión observó que el sistema político ya había resuelto los otros puntos. De todos modos, más allá de eso, para nosotros el más grave siempre fue la baja de la edad de imputabilidad. E incluso el más grave en cuanto a consecuencias, en cuanto a violación de normas internacionales, en cuanto a criminalización, por muchos aspectos. Por eso queríamos ser contundentes en que nuestro mayor problema era con la baja. Tanto es así que muchas de las propuestas de seguridad que se están conversando y las que se hablaron durante la campaña incluyen los otros puntos, en los que siempre insistimos. Por ejemplo, crear un nuevo servicio descentralizado para privar menores de libertad perfectamente se podía hacer y se puede hacer hoy sin aprobar la reforma constitucional.

***

EC - ¿Cómo interpretan ustedes que un 47% se haya pronunciado por el Sí? No alcanzó, la Constitución requería 50%, pero un millón y pico de personas dijeron Sí.

FG - Sí, la votación fue muy importante. De hecho, nosotros esperábamos una votación significativa. No pusimos un número específico, tal vez superó un poco lo que esperábamos, pero sí creíamos que iba a haber una votación significativa y así fue. Creo que es parte del mensaje de que la gente está preocupada por la seguridad. En todo el proceso de trabajo mucha gente nos decía que no estaba de acuerdo con la baja o no veía en la reforma constitucional una solución, ni siquiera una herramienta eficaz, pero que quería dar una señal, "algo hay que hacer". Creo que una de las frases más repetidas en todo el proceso fue "algo hay que hacer".

Lo cual comprendemos, porque siempre estuvimos de acuerdo en que la seguridad nos preocupa a todos los uruguayos y en que se estaban pidiendo señales. Y seguramente esta fue una forma de muchos uruguayos de enviar una señal de que quieren respuestas. En ese sentido se tiene que entender. Por un lado, el resultado político, el plebiscito no se aprobó. Es importante señalar que después de 16 intentos legislativos de bajar la edad de imputabilidad penal adulta desde que entramos a la democracia se lleva el tema a consulta popular y nuevamente se rechaza. Entendemos que la discusión se tendría que dar por zanjada.

EC - Esa discusión.

FG - Esa discusión puntual.

EC - Ustedes admiten que otras discusiones quedan abiertas.

FG - Lo hemos dicho siempre: la discusión sobre el tema seguridad está lejos de estar terminada, y la discusión sobre minoridad infractora también. Particularmente la discusión del plebiscito dejó sobre la mesa un montón de cuestiones que todavía tienen que ser resueltas.

EC - Ese apoyo del 47% que tuvo el Sí indica que esos votos no vinieron solo del Partido Colorado (PC) y el Partido Nacional (PN), donde estaban los grupos que más impulsaban esta reforma (Vamos Uruguay, Batllistas de Ley y Todos). También hubo muchos votantes del Sí en el FA, cosa que además quedó clara el domingo de noche en las mesas, cuando se hacía el escrutinio primario, incluso en la transmisión por televisión de varios de esos escrutinios primarios se veían una cantidad de sobres con votos del FA y la papeleta del Sí adentro.

Se dice que la reforma fue apoyada en forma principal por votantes del MPP, en el caso del FA. En la propia dirigencia del FA se habló de sorpresa y cierta alarma. ¿Ustedes cómo evalúan usted este dato?

FG - Es una línea más que refuerza lo que veníamos viendo y lo que afirmamos siempre ambas comisiones, la Comisión Para Vivir en Paz por el Sí y la nuestra: que era un tema transversal, no era un tema partidario. La seguridad nos preocupa a todos y algunos uruguayos vieron en este plebiscito una forma de manifestar esa preocupación y otros no, independientemente de su partido. De hecho, en el diálogo constante con la gente, en los debates, en los talleres que hicimos, muchas personas se acercaban y nos decían: "Miren, yo soy frenteamplista –sobre todo porque fue la votación que tal vez llama la atención a algunos–, pero estoy preocupado por la seguridad y creo que esto puede ser una señal" o "puede ser una alternativa" o "una herramienta más". No nos sorprende. También por eso quisimos formar una comisión que no fuera partidaria, porque vimos desde el comienzo que era un tema totalmente transversal. Y sería bueno que de aquí en más las propuestas que se implementen –y creo que se ha dado de hecho en la campaña buenas señales en ese sentido– sean consideradas también independientemente de los partidos.

EC - Me llamó la atención un comentario del ministro del Interior, Eduardo Bonomi, en Canal 12. Dijo que hubo mucho voto por el Sí en los asentamientos. ¿Tienen alguna constancia de esto?

FG - No tenemos datos.

EC - ¿Van a relevar -o están relevando- cómo se votó el Sí según zonas, según poblaciones?

FG - Tenemos acceso a los datos oficiales, que son de público conocimiento. No tenemos nada nuestro, no tuvimos la capacidad ni económica ni de trabajo para hacer un relevamiento propio. En particular, por lo que dijo el ministro ya nos han consultado. Podemos hacer la interpretación a priori de que hay zonas en particular en Montevideo donde se ve que las personas más vulnerables son las más expuestas a la inseguridad. Eso es un hecho. Son las que no tienen posibilidad de tomar determinadas medidas de seguridad, como rejas, alarmas, perros, lo que fuere, son las personas que además se ven más expuestas, porque andan a pie o en transporte público, porque tienen que salir a trabajar a distintas horas, lo que todos conocemos. Entonces las personas más vulnerables, al sufrir mayormente la inseguridad, eran tal vez las que sentían mayor urgencia por pedir una alternativa. Esa sería la interpretación a priori que más o menos es la que habíamos hecho en un comienzo.

Más allá de esto, creo que es una buena señal de que hay temas que son transversales, que nos preocupan a todos como uruguayos y que sería bueno tomarlos en ese sentido. Como una cuestión que nos preocupa a todos y no, como se ha dicho por ahí, como que el país ha quedado dividido. Creo que estamos lejos de que el país haya quedado dividido por el plebiscito. Más bien todo lo contrario: se descartó esta propuesta como opción, la preocupación la tenemos todos.

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EC - Fabiana Goyeneche es doctora en Derecho y Ciencias Sociales por la Universidad de la República graduada en el 2009. Se desempeña como abogada y escribana pública en un estudio jurídico notarial, CGR & Asociados. Y también trabaja en el Ministerio de Economía y Finanzas. ¿Qué edad tiene?

FG - Veintinueve.

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EC - Tengo muchos mensajes de los oyentes, pero para enganchar con lo que veníamos conversando, elijo este de Raúl de La Palmita: "Para esta joven, ¿es igual un muchacho de 18 años en la actualidad que hace un siglo?".

FG - Tengo que aventurarme con lo que he leído o me han contado. Sin duda no es lo mismo, porque el mundo no es el mismo y el país no es el mismo. De ahí a decir que un joven de 18 años madura antes, que es una de las cosas que se afirmaron para defender este plebiscito, no madura antes. Las personas que estudian los procesos de maduración de los adolescentes, la neurociencia, la psiquiatría, la psicología, la sociología, todos los expertos en estas ciencias que han estudiado las distintas formas de ver la personalidad, el desarrollo del cerebro adolescente, el momento en la vida en que una persona se puede emancipar, están de acuerdo en que no se madura más temprano y de hecho muchísimas personas afirman que se madura más tarde. Tanto es así que en algunos países de Europa, como Alemania u Holanda, están elevando la edad de imputabilidad penal adulta hasta 21 o hasta 23 años. No estoy diciendo con esto que lo promueva, pero sí que esto de que hoy los adolescentes maduran antes está lejos de ser cierto.

Con esto se puede hacer una reflexión. Uno a veces cree que maduran más rápido porque toman decisiones más temprano o porque puede verse que son más violentos –yo creo que la sociedad toda es más violenta–. Pero también se puede observar que ciertas decisiones que se toman que son señales de haberse desarrollado, de haber madurado, de haberse convertido en adulto, son cada vez más tardías. El hecho de terminar estudios, de conseguir un trabajo estable, de independizarse, de tener una casa propia, de formar una familia, de tener un hijo, todos esos pasos se están dando cada vez más tarde, y son parte de una señal de que la adolescencia está lejos de terminar a los 18 años.

EC - Hablemos de la Comisión No a la Baja. Varios análisis ven en este movimiento el surgimiento de un nuevo fenómeno político. ¿Ustedes tienen esa impresión?

FG - No sé si aventurarme a algo tan drástico como un nuevo fenómeno político. Sí de alguna manera señales, señales de una nueva política. Indicios de una forma distinta de participación. Uruguay ya tenía fuertes cimientos en cuanto al movimiento social, el movimiento estudiantil; la representación y la organización sindical, el movimiento obrero, han sido muy fuertes, han logrado cosas muy importantes en el país y han sentado de alguna manera las bases para que el movimiento del No a la Baja pudiera surgir, organizarse y manifestarse.

Lo distinto tal vez en este momento es que ese movimiento social haya sido impulsado por jóvenes, que una vez más –porque esto no es la primera vez que ocurre– venían de sectores muy diferentes. La Generación 83 en particular reflexionó mucho observándonos y participando con nosotros respecto al plebiscito del 80, por poner un ejemplo. No digo que estemos a la altura de ser comparados, pero sí que se dan señales, sobre todo por la forma de trabajo y por basarse en esa unidad para tratar de lograr el objetivo.

Otra cosa buena que se logró fue amalgamar la participación de la sociedad civil y la participación política partidaria. Porque nosotros siempre dijimos que éramos una organización no partidaria, y así quisimos trabajar, pero no vamos a negar que la participación de sectores políticos partidarios fue fundamental, fue muy importante y de todos los partidos. Entonces creo que se puede rescatar algo muy bueno, que es que cuando ambos se tienen en cuenta, la sociedad civil y los partidos políticos, se logran objetivos que de otra manera tal vez no se alcanzarían.

EC - ¿Hay un futuro para esta comisión o para este movimiento? ¿Van a continuar trabajando después de haber logrado el objetivo que se habían propuesto?

FG - En este momento se está explorando. Siempre afirmamos que nuestro objetivo y nuestra razón de ser era el plebiscito. Y cuando comenzaron este tipo de preguntas y análisis decidimos no comenzar a considerarlo hasta después del 26 de octubre, para concentrar toda nuestra energía y toda nuestra dedicación en el plebiscito; a la vista quedó que era necesario concentrar hasta el último esfuerzo ahí. Ahora, luego de alcanzada la meta, sí estamos considerando cómo canalizar este movimiento social que ha surgido, cómo aprovecharlo y qué puede quedar de todo esto, más allá incluso de propuestas de seguridad. Por ahí se escuchó alguna voz pidiendo que ahora que se logró el No a la Baja presentáramos propuestas…

EC - Sí, ese reclamo viene en algunos mensajes de los oyentes.

FG - … Creo que no corresponde responder a esos reclamos en este momento. Sería trabajar a reacción, y me parece que las propuestas a reacción no son la mejor alternativa. No lo descarto, simplemente creo que la reacción ante un reclamo por un resultado en concreto no sería afortunada. Y sobre todo porque vino, en particular de la Comisión Para Vivir en Paz, para actores políticos. Creo que los primeros responsables de asegurar una política de seguridad conveniente son los sectores políticos que llegan al gobierno.

Más allá de eso, como movimiento queremos evaluar qué posibilidades tenemos de aportar a la sociedad, sea en materia de seguridad, sea en materia de convivencia, en adolescencia, en lo que fuere. Lo estamos evaluando y seguramente dentro de poco tiempo tendremos novedades, porque seguramente la coordinadora se reunirá la semana que viene.

EC - ¿Cuándo?

FG - Estamos fijando fecha, pero son muchas las organizaciones y queremos que por lo menos la mayoría tengan la posibilidad de estar. Pero queremos que sea próximo para comenzar a decidir, si es que lo hay, cuál será el destino para la gente de la comisión.

EC - ¿Ven la posibilidad de que la comisión como tal siga actuando con objetivos distintos o complementarios de los que manejaron hasta ahora?

FG - No lo sé. Seguramente alguna otra formación va a haber, porque es un movimiento muy heterogéneo.

EC - ¿Tienen presencia en todo el país? ¿Lograron distribuirse bien en el interior?

FG - Sí, tenemos presencia en todo el país, hay unas 25, 26 comisiones en el interior, varias departamentales, varias locales. Eso fue algo muy bueno, para nuestra campaña fue fundamental, porque de hecho el apoyo al plebiscito siempre fue más alto en el interior, entonces teníamos una necesidad importante de llegar al interior y de descentralizar. Y eso también lo queremos aprovechar, porque también vimos los problemas de centralizar todo en Montevideo, siempre caemos en eso.

Más allá de eso, al ser un movimiento muy heterogéneo, al estar conformado por organizaciones religiosas, partidarias, de diversidad sexual, de educación, hay que ver quiénes pueden estar de manera estable, y si es una comisión, si va a ser una iniciativa, si llegamos a llamarla organización. Son todas cosas a definir, no me puedo aventurar a decir algo cuando todavía no han estado todos los que deben estar representados para tomar la decisión.

EC - ¿Y el futuro de Fabiana Goyeneche? Tomo como base a Constanza Moreira, quien se refirió a ti como "nuestra Camila", aludiendo a Camila Vallejos, la dirigente del movimiento estudiantil chileno que después se convirtió en diputada del Partido Comunista y que ha sido todo un fenómeno político en Chile.

¿Qué planes tiene Fabiana Goyeneche?

FG - No, Constanza Moreira es muy generosa cuando hace esa comparación, que agradezco pero me queda grande. Más allá de eso, estoy tratando de continuar con mi vida laboral como ha sido siempre, eso uno lo tiene que mantener, en Uruguay el activismo es independiente del camino profesional que uno tome. Y más allá de lo laboral, por ahora mis energías siempre estuvieron comprometidas y concentradas en la Comisión No a la Baja, así que ahora estoy a la espera de ver qué resulta de todo esto.

EC - ¿Tú fuiste candidata en alguna lista en estas elecciones?

FG - No no no, en absoluto.

EC - Ofrecimientos tuviste.

FG - Ofrecimientos tuve, pero mi compromiso era con No a la Baja. Siempre pensé que la manera de ser coherente con mis propias palabras era mantener una actitud en ese sentido y seguir de esa manera. Además, al ser vocera y representante de un movimiento que siempre se caracterizó por ser interpartidario y que no estuviera partidizado, e insistimos en que así fuera, lo mejor que podía hacer era mantenerme distante de los partidos.

EC - ¿Y ahora también vas a mantener esa posición?

FG - No tengo interés, al menos al día de hoy, en participar activamente en la política. Uno tiene que medir el alcance de sus acciones, hasta dónde puede dar y la energía que tiene. Yo continúo con mi compromiso de ver qué resulta con No a la Baja primero, porque no es solamente la responsabilidad, sino que una hasta se encariña y se compromete con lo que ha ocurrido y con el movimiento del que forma parte.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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